REFLEXIONES SOBRE LA DISCRIMINACIÓN

 DISCRIMINACIÓN DE LA MUJER EN EL MUNDO LABORAL

    Voy a centrar mi análisis en la discriminación directa que sufren las mujeres en el mercado laboral, que no por ser un tema del que se ha hablado y escrito muchísimo, de que se cuenta con numerosos instrumentos que promueven el principio de igualdad de trato y de oportunidades y la no discriminación (normativa como la Ley de Igualdad de Género o la Ley de Igualdad retributiva), la existencia de mujeres que sufren discriminación en el mercado laboral es una realidad que, por desgracia, sigue presente en el seno de nuestras sociedades y en el año 2022 una sociedad supuestamente moderna como es la española se hace presente en el día a día, y yo como mujer integrada en el mercado laboral, como amiga de mujeres trabajadoras y como persona sigo viendo y sufriendo esa desigualdad evidente entre hombres y mujeres, y entre mujeres dependiendo de su raza, cultura, etc.


    Si miramos datos en España, de las 128 empresas cotizadas del IBEX 35, el porcentaje de presencia femenina en los órganos de gobierno en 2019 era del 23,1%, de acuerdo al informe Mujeres en los Consejos de las empresas cotizadas (2020) de la escuela de negocios IESE y la consultara Atrevia.


    El informe Brecha Salarial y techo de cristal 2020 realizado por los Técnicos del Ministerios de Hacienda indican que las mujeres en España cobran un 29,3% menos que los hombres. Además, la diferencia salarial aumenta con la edad, de manera que se intensifica en el rango de edad que coincide con la maternidad y el cuidado de los mayores, es decir, las mayores diferencias salariales se producen a partir de los 36 y los 46 años.


    Un ejemplo personal, entre otros vividos, puede ser la vez que solicité un aumento de sueldo y el motivo para no dármelo era que para qué necesitaba el dinero sino tenía hijos, como si mi profesionalidad dependiera de ese tema o las veces que en una entrevista de trabajo me han preguntado si quería tener hijos. Tengo amigas en los que son ellas y no sus parejas las que tienen problemas para encontrar trabajo cuando tienen niños pequeños o se estancan sus carreras profesionales cuando se quedan embarazadas; ya no solo porque para las empresas consideran que es un perjuicio, sino por la poca ayuda existente por parte de las Administraciones para facilitar el incremento del nivel de natalidad, la conciliación, el importe de sueldos que hacen incompatible con el pago de la guardería, etc.


    Medidas correctoras ya existen y además numerosas como por ejemplo elaborar planes de igualdad en las empresas, comprobar y penalizar la brecha salarial, fomentar la conciliación laboral y familiar, adoptando medidas como flexibilidad horario o teletrabajo tanto para hombres como mujeres, no penalizar por parte de la sociedad a los hombres por ser ellos los que lleven sus hijos al colegio o vayan con ellos al médico, etc.


    Ninguna de estas medidas tendrán sentido o se implantarán o tendrán un calado en la sociedad sino aumentamos la concienciación, la educación desde la infancia y ese cambio de mentalidad en las familias y empresas.


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